OBRA DE ALEJANDRO REBÉN
Alejandro Reben ha sido nombrado artista residente inaugural de OpenAI, con un periodo que inició en enero y se extiende por tres meses. Aun así, su colaboración con la organización de IA con raíces en San Francisco parece tener un carácter fluido: “Es una situación un poco nebulosa, ya que soy el primero en asumir este rol y todavía estamos definiendo muchos aspectos. Es probable que continúe ligado a ellos en proyectos futuros”.
Reben ya posee una trayectoria extensa colaborando con OpenAI. Hace cinco años, se le otorgó acceso a una versión temprana de GPT-3 antes de que esta estuviera disponible para el público. "Tuve la oportunidad de experimentar con ella y crear algunas piezas artísticas", comenta. “Mostraron gran interés en mi perspectiva sobre la utilización de sus sistemas de manera innovadora. Y claro, siempre estoy dispuesto a explorar territorios nuevos, sin dudas. Antes de eso, mi práctica creativa se basaba en el uso de modelos que yo mismo desarrollaba o herramientas en línea como Ganbreeder (uno de los precursores a las actuales plataformas generativas de imágenes)”.
En el año 2008, Reben aplicó su conocimiento en matemáticas y robótica en el Media Lab del MIT, donde colaboró en la creación de un robot de aspecto simple bautizado Boxie, que más tarde sería fuente de inspiración para el entrañable robot Baymax del filme Big Hero 6. En la actualidad, cumple una función como director de tecnología e investigación en Stochastic Labs, un espacio sin afán de lucro que fomenta la cooperación entre artistas e ingenieros situado en Berkeley, California. Mantuve una charla con Reben a través de Zoom acerca de su trayectoria, la dinámica aún por definir entre el arte y la tecnología, y la dirección que tomará la creatividad humana.
Hemos modificado la conversación para optimizar su longitud y claridad.
Te interesan las dinámicas entre seres humanos y tecnología. Como alguien que se desenvuelve en el campo del arte con IA, ¿cómo percibes tu interacción con la tecnología? ¿La consideras una herramienta más o un socio en el proceso creativo?
En realidad, no me categorizo estrictamente como un artista de IA. La veo como una herramienta más dentro de mi arsenal tecnológico. Si algo nuevo aparece tras la IA que capte mi interés, no me limitaría a decir: "Soy un especialista en arte de IA".
Interesante. Pero, ¿qué hay en las herramientas de IA que te atrae? ¿Qué te ha llevado a dedicar tu carrera a esta clase de tecnología?
Mi trabajo en el Media Lab se centraba en robótica social, investigando las interacciones entre humanos y robots desde diversas perspectivas. Por ejemplo, un robot (Boxie) que desarrollé tenía también la función de realizador cinematográfico. Era capaz de entrevistar a las personas y lograba que estas compartieran con él relatos sumamente personales. Esto ocurrió antes de la era de Siri y similares. Hoy, hablar con máquinas es una realidad más asimilada. Esta coyuntura siempre ha despertado mi curiosidad: el cómo la humanidad y la tecnología se han desarrollado conjuntamente a lo largo del tiempo. De hecho, la tecnología es una parte fundamental de nuestra evolución como especie.